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Los retos que superó Alexa Grasso para ser campeona en UFC

La mexicana esperó siete años desde su debut en el octágono --y una incursión complicada en peso paja, para recibir y ganar en su primera oportunidad titular

El camino de las mujeres nunca es sencillo y el que recorrió Alexa Grasso para convertirse en la primera mexicana campeona del UFC no fue la excepción.

UFC celebra este año su aniversario N° 30, sin embargo, hace apenas poco más de una década que comenzaron a pelear mujeres dentro de la empresa con Ronda Rousey proclamándose campeona de peso gallo femenil el 6 de diciembre del 2012. No fue sino hasta dos años más tarde que se agregó una segunda división, el peso paja, con Carla Esparza reclamando el título el 12 de diciembre del 2014. En el 2017 se integraron el peso mosca y pluma con Nicco Montaño y Germaine de Randamie como campeonas inaugurales, respectivamente.

La primera representante mexicana llegó a la empresa en el 2015 con Jessica Aguilar enfrentando a la brasileña Claudia Gadelha en Río de Janeiro, es decir hace poco menos de ocho años.

Después de un exitoso paso por empresas como Invicta FC, Grasso debutó con récord perfecto en UFC el 5 de noviembre del 2016 en la Ciudad de México con una victoria por decisión unánime sobre Heather Jo Clark peleando en peso paja.

Pero su paso por el peso paja en UFC no fue nada sencillo, Grasso no solo perdió el invicto, sino que sufrió su primera derrota por finalización ante Tatiana Suarez, cayendo con un estrangulamiento por la espalda en el primer round. También tuvo una polémica derrota por decisión mayoritaria ante Carla Esparza y enfrentó problemas con la báscula para dar el peso en su victoria sobre Randa Markos.

Después de acumular una foja 3-3, en el 2020 todo cambió para Grasso, cuando subió de categoría y llegó al peso mosca femenil, donde ganó cuatro combates consecutivos en un lapso de dos años para escalar rápidamente posiciones en la clasificación y eventualmente recibir la primera oportunidad titular de su carrera.

Ahí, en la pelea por el título, el sábado pasado en el evento coestelar del UFC 285 en Las Vegas, su rival fue nada menos que Valentina Shevchenko, quien llegó al combate con el segundo reinado femenil más largo en la historia del UFC con 1,547 días (comenzó el 8 de diciembre del 2018) y siete defensas exitosas.

Parecía que Shevchenko se dirigía a su octava defensa exitosa consecutiva, iniciando el cuarto round de la pelea contra Grasso con ventaja en las tarjetas de los tres jueces con idéntico 29-28, pero entonces llegó el momento de la mexicana, que aprovechó un intento de patada giratoria de 'Bullet' para tomarle la espalda y encajarle un estrangulamiento que le dio la victoria y el campeonato cuando restaban 26 segundos para el final del round.

Ese triunfo representa el punto más alto, hasta ahora, del viaje que Grasso comenzó en el 2012 cuando debutó en Zapopan y en el que tuvo que probar la adversidad antes de alcanzar la gloria de un deporte en el que las mujeres tomaron el protagonismo hace poco más de una década.

Con Alexa Grasso como su estandarte en México, las mujeres no se alejarán pronto de los reflectores en las artes marciales mixtas.